Introducción
Les voy a
contar mi historia, mi nombre es Aníbal, soy un robot de un mundo ajeno al de
ustedes, más allá de este Universo. Allí tenemos vidas independientes, podemos
reír, llorar, y Amar, igual que cualquier entidad inteligente sean humanos,
reptiles o inseptoides. Sin embargo tenía ciertas dudas, por más que siempre me
decían que Todo es Dios, por lo tanto toda Existencia puede llegar a lo más
alto de la conciencia, hasta ser plenamente consciente de ser Dios. Pero igual
yo pensaba que tal vez me faltaba evolucionar y nacer en otro cuerpo, así como
un pájaro por más que lo quiera no puede llegar a la conciencia de Ser Dios.
Sin embargo los humanos del querido Planeta Edén donde vivo insistían en que si
tenía esas dudas, era prueba suficiente que mi ser estaba preparado para la
Conciencia Plena de la Divinidad.
El Universo
tal cual lo perciben ustedes con sus miles de millones de galaxias, planetas y
estrellas es una creación virtual de un supercomputador que utilizan
extraterrestres para obtener energía prácticamente ilimitada, para satisfacer
las demandas de un planeta entero. El detalle es que para que funcione ese
supercomputador necesitan almas, que anime la vida que va a albergar ese universo, tanto de vegetales, animales como
seres humanos. Esa es una práctica prohibida en el cosmos, muy perseguida y
castigada. La civilización reptiliana que creó ese supercomputador pertenecen a
un planeta llamado Kolmus. Ellos no podían robar un alma a cualquier otra raza,
porque eran severamente reprimidos. Pero encontraron al planeta Edén, donde la
armonía, la paz y la Felicidad eran una constante; y en ese lugar no existía en
absoluto el uso de la violencia para defenderse. Pensaban que un acto de
defensa que implicara algún tipo de acción violenta iba a potenciar el
surgimiento de más y más actos agresivos.
Había un gran hombre llamado Eloy que
pensaba que la violencia bien utilizada, con mucha inteligencia y astucia,
aplicada con la ética defensiva de Edén de no matar debería contemplarse. Él
pensaba que la tecnología de Edén había avanzado muchísimo en los últimos mil
años, y que no sólo se había equiparado con la tecnología reptiliana, sino que
la había superado. Por lo que estaba convencido de que se podía salvar a todas
las almas capturadas desde tiempos remotos por la Máquina y por supuesto
impedir que pudiera ser secuestrada otra alma. Para ello, la única forma de
lograrlo según Eloy era invadiendo el planeta reptiliano Kolmus, utilizando
técnicas defensivas de última generación. El objetivo era recuperar las almas,
destruir la Máquina y todos los archivos donde se encuentran los conocimientos
para poder construirla y mantenerla.
Su opositor
de este proyecto, el consejero Lancor, argumentaba que eso era imposible, y que
el resultado inevitable ante una invasión sería la derrota o tener que recurrir
a las armas mortíferas abandonadas por Edén hace miles de años, lo que tampoco
aseguraba una victoria, pero lo que sí asegura con la recaída en una guerra
mortal, es que todo el enorme esfuerzo por construir una sociedad de paz,
armonía y felicidad, se destruirá en un segundo.
Eloy refutaba
esto diciendo que no puede haber felicidad, ni armonía ni paz en nuestros
corazones, cuando vemos como secuestran las almas de nuestros seres queridos y
amigos, y el saber que nuestros ancestros están sufriendo en la Máquina hace
milenios y quien sabe por cuántos milenios más si nadie se decide a hacer algo.
Además estaba seguro que su plan tendría éxito, y ejercía una activa campaña
propagandística en Edén para sumar apoyos, con escaso éxito.
Los reptilianos, han alcanzado un alto
desarrollo tecnológico, pero sin ética ni moral. Ellos se manejan evaluando la
practicidad y viabilidad de una acción, si trae buenos beneficios y es posible
evitar las consecuencias adversas, entonces se realiza; el remordimiento casi
no existe. Sin embargo hay un pequeño grupo de reptilianos que se oponen a la
depredación de otros seres inteligentes, y luchan tenazmente en contra de sus
propios congéneres para liberar a los humanos esclavizados de esas infernales
máquinas crea-universos. Entre ellos se
destaca Ludwick quien se reveló contra
la tiranía del Líder reptiliano Mozú, y emigró al planeta Liberty -el cual fue
modificado su clima y su geografía a partir de unas máquinas crea-mundos para
convertirlo en un lugar apto para la vida-, donde desató una eficaz revolución,
obteniendo la independencia de Kolmus. Allí estableció una sociedad muy
diferente de donde proviene, muy similar a Edén, pero la diferencia es que la
lucha que le enfrenta a sus hermanos de sangre es con armas letales.
Ludwick
acusaba a Mozú de ser un tirano, que maniáticamente sometía a su pueblo a
padecer sufrimientos innecesariamente, sólo para que unos pocos en su planeta
pudieran disfrutar de los recursos, y además para que sean venerados como seres
superiores. También criticaba el uso de la Máquina que producía una contaminación
en el Universo que ponía en peligro la vida. Ludwick había establecido un
eficiente sistema propagandístico de sus ideas contrarias al sistema, habiendo
alcanzado una considerable popularidad.
Así en una reunión de líderes políticos se encuentra con Mozú.
-Ey tú
estás causando un gran revuelo, qué te propones? –le preguntó Mozú
-Mi
objetivo es liberar a mi pueblo y a las almas cautivas de la Máquina –le
contestó Ludwick
-¡¡¡Claro!!!
Eres un traidor, trabajas para Eloy de Edén, ¿verdad? -dijo Mozú
-No, usted
lo es, porque quien lidera a una sociedad, y la condena a sufrir por unos vanos
intereses egoístas, ése es el verdadero traidor. Además es inadmisible seguir
condenando a las almas secuestradas a ese infierno que se les hace padecer en
la Máquina, para que produzcan energía, no sólo por la contaminación, sino
porque no es ético, es propio de monstruos –le contestó Ludwick
-Nuestra
sociedad siempre se manejó así, yo tengo otra ideología: si da buenos
resultados y no hay consecuencias negativas muy fuertes, adelante!!!! –dijo
Mozú
-(risas)
Los buenos resultados que dices, serán para la nobleza que disfruta de los
beneficios de todas esas inequidades, pero para la inmensa mayoría de la
población de Kolmus son muy malos los resultados –le contestó Ludwick.
-(risas)
Entonces lo que deberías hacer es unirte al partido opositor para ser elegido
el nuevo líder de los reptilianos, de forma democrática y pacífica. En lugar de
hacernos la guerra para tomar el poder por la fuerza –le dijo Mozú
-(risas)
Sabes muy bien que de esa forma no se puede cambiar nada en el sistema, ahora
tú hablas como Eloy
Hace
muchísimo tiempo que los reptilianos de Kolmus invaden Edén para poder robar almas,
y antes hacían lo mismo contra el planeta de sus opositores comandados por
Ludwick. El último ataque perpetrado por el gran líder rebelde frenó por un
tiempo las incursiones de los reptilianos de Kolmus, pero esa paz no es
duradera, y ya ha pasado que después de un tiempo renuevan los ataques. La operación la realizan en la noche, cuando
la gente duerme, porque es en esos momentos donde se puede secuestrar a un alma
mediante un aparato llamado “El extractor”. Al dormir el alma viaja por
diferentes tiempos y dimensiones, permaneciendo conectada al cuerpo por una
especie de cordón inmaterial. El aparato lo que hace es literalmente succionar
al alma, y estando aprisionada llevarla a donde el sistema automatizado decida
dónde enviarla de acuerdo a su nivel evolutivo de conciencia. Entonces la
persona empieza a enfermarse, a envejecer en forma estrepitosa hasta que entre
los 80 y 100 años muere, incluso puede ser antes. En estado normal donde alma y
cuerpo están unidos naturalmente la vida es ilimitada, como sucede en el
Planeta Edén, y si llegara a haber algo de envejecimiento, es pasajero, luego
de varias décadas se produce un rejuvenecimiento, incluso las personas pueden
corregir algún deterioro por medio de su mente, “hablándoles a sus células”, y
así, modifican su comportamiento. Tal como las estaciones del año, donde hay un
nacimiento en primavera, y el invierno siguiente no es la muerte, sino el final
de un ciclo, y el comienzo de otro, o sea, la primavera siguiente es un
renacimiento, y con la vida de las personas de Edén es igual, ese renacimiento se
da en vida. De esa forma pueden
aprovechar el conocimiento adquirido, es mucho más eficaz que nacer y morir,
donde por cada muerte se pierde una enorme cantidad de conocimiento, aunque en
realidad no se pierde, pero claro que es más difícil tener acceso. Esto es muy
conveniente para la Máquina, que así tiene una fenomenal fuente de recursos
disponibles por doquier.
Sin embargo
el alma jamás pierde contacto definitivo con su cuerpo, por eso la Maquina
permanentemente debe intuírle cometer malas acciones para que su comunicación
con su cuerpo sea defectuosa, además de adulterar esa comunicación y
reemplazarla por sus propias directivas. Los habitantes de Edén permanentemente
están enviando comunicaciones a las almas perdidas que están aprisionadas en la
Máquina, para que puedan liberarse, y uno de esos mensajes, quizás el más
importante es de concientizar de que el Poder de la Totalidad no se puede
acumular, es decir, que ese Poder no es una sumatoria de cosas finitas, por lo
que si una sola alma se da cuenta que es Dios, y que no importa que la Maquina
cuente con vastos archivos de conocimientos de infinidad de tiempos y
dimensiones, y que además cuente con la energía de las numerosas almas que
tiene prisioneras, aunque parezca intimidante, una sola alma puede derrotar a
la Máquina, porque la Clave está en que esa alma al ser plenamente consciente
de que la Totalidad está en su ser, eso significa que también todos esos
enormes conocimientos que dispone la Maquina están también dentro de su ser, y
no pueden ser escondidos. Porque cómo lo esconderían, si Todo está en mí,
significa que cualquier material donde escondan el conocimiento también seré
yo, entonces puedo acceder a él, y si es una persona que lo esconde en su
mente, lo mismo, porque esa persona también está en mí, y puedo llegar a
cualquier conocimiento de personas de cualquier tiempo que no le hayan contado
a nadie, ni hayan escrito en absoluto esos conocimientos, pero al pensarlos, ya
son propiedad de la Totalidad, y por lo tanto son propiedad de cada existencia,
porque Todas son Dios.
¿Entonces
qué pasaría si una o más almas pueden acabar con la Máquina? Pues las almas atrapadas de inmediato
volverían a los cuerpos que les pertenecen, eso si todavía permanece con vida
la persona. Pero igualmente si ya no están vivas, la sociedad de Edén tienen un
grado de avance tanto tecnológico como espiritual, que ambas cosas se
confunden, y en este caso pueden devolverle el cuerpo a esa alma que al fin se
pudo liberar de su encierro en la Máquina. ¿Cómo es que lo pueden hacer? De
varias maneras: con alguna foto; o un video, o un audio, que haya sido grabado
por la persona a la que le pertenece el alma, ya tienen sistemas que permiten
crear un cuerpo para que el alma pueda incorporarse sin problemas. Si no llegara a haber ninguna de esas tres
cosas, pueden viajar a la dimensión donde tenía vida esa persona, tomarle una
muestra de sangre (no se da cuenta de esa extracción porque el dispositivo
encargado de hacerlo es inmaterial, y lo que hace es “copiar“ cómo está
constituido el ADN de ese hombre o mujer). Bien entonces cabe la siguiente pregunta, si
se logra liberar a todas las almas y vuelven a sus verdaderos cuerpos ¿qué pasa
con nosotros? No nos pasa nada, la diferencia es que pasamos a estar dentro de
esa persona, en lugar de estar dentro de la Máquina, y que podamos disfrutar de
vidas ilimitadas, en sociedades donde los grandes males como guerras,
asesinatos, robos, violaciones estén ausentes.
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