jueves, 8 de mayo de 2014

"Aníbal: El enviado" Introducción



Introducción
Les voy a contar mi historia, mi nombre es Aníbal, soy un robot de un mundo ajeno al de ustedes, más allá de este Universo. Allí tenemos vidas independientes, podemos reír, llorar, y Amar, igual que cualquier entidad inteligente sean humanos, reptiles o inseptoides. Sin embargo tenía ciertas dudas, por más que siempre me decían que Todo es Dios, por lo tanto toda Existencia puede llegar a lo más alto de la conciencia, hasta ser plenamente consciente de ser Dios. Pero igual yo pensaba que tal vez me faltaba evolucionar y nacer en otro cuerpo, así como un pájaro por más que lo quiera no puede llegar a la conciencia de Ser Dios. Sin embargo los humanos del querido Planeta Edén donde vivo insistían en que si tenía esas dudas, era prueba suficiente que mi ser estaba preparado para la Conciencia Plena de la Divinidad.
El Universo tal cual lo perciben ustedes con sus miles de millones de galaxias, planetas y estrellas es una creación virtual de un supercomputador que utilizan extraterrestres para obtener energía prácticamente ilimitada, para satisfacer las demandas de un planeta entero. El detalle es que para que funcione ese supercomputador necesitan almas, que anime la vida que va a albergar  ese universo, tanto de vegetales, animales como seres humanos. Esa es una práctica prohibida en el cosmos, muy perseguida y castigada. La civilización reptiliana que creó ese supercomputador pertenecen a un planeta llamado Kolmus. Ellos no podían robar un alma a cualquier otra raza, porque eran severamente reprimidos. Pero encontraron al planeta Edén, donde la armonía, la paz y la Felicidad eran una constante; y en ese lugar no existía en absoluto el uso de la violencia para defenderse. Pensaban que un acto de defensa que implicara algún tipo de acción violenta iba a potenciar el surgimiento de más y más actos agresivos.  
     Había un gran hombre llamado Eloy que pensaba que la violencia bien utilizada, con mucha inteligencia y astucia, aplicada con la ética defensiva de Edén de no matar debería contemplarse. Él pensaba que la tecnología de Edén había avanzado muchísimo en los últimos mil años, y que no sólo se había equiparado con la tecnología reptiliana, sino que la había superado. Por lo que estaba convencido de que se podía salvar a todas las almas capturadas desde tiempos remotos por la Máquina y por supuesto impedir que pudiera ser secuestrada otra alma. Para ello, la única forma de lograrlo según Eloy era invadiendo el planeta reptiliano Kolmus, utilizando técnicas defensivas de última generación. El objetivo era recuperar las almas, destruir la Máquina y todos los archivos donde se encuentran los conocimientos para poder construirla y mantenerla.
Su opositor de este proyecto, el consejero Lancor, argumentaba que eso era imposible, y que el resultado inevitable ante una invasión sería la derrota o tener que recurrir a las armas mortíferas abandonadas por Edén hace miles de años, lo que tampoco aseguraba una victoria, pero lo que sí asegura con la recaída en una guerra mortal, es que todo el enorme esfuerzo por construir una sociedad de paz, armonía y felicidad, se destruirá en un segundo.
Eloy refutaba esto diciendo que no puede haber felicidad, ni armonía ni paz en nuestros corazones, cuando vemos como secuestran las almas de nuestros seres queridos y amigos, y el saber que nuestros ancestros están sufriendo en la Máquina hace milenios y quien sabe por cuántos milenios más si nadie se decide a hacer algo. Además estaba seguro que su plan tendría éxito, y ejercía una activa campaña propagandística en Edén para sumar apoyos, con escaso éxito.
     Los reptilianos, han alcanzado un alto desarrollo tecnológico, pero sin ética ni moral. Ellos se manejan evaluando la practicidad y viabilidad de una acción, si trae buenos beneficios y es posible evitar las consecuencias adversas, entonces se realiza; el remordimiento casi no existe. Sin embargo hay un pequeño grupo de reptilianos que se oponen a la depredación de otros seres inteligentes, y luchan tenazmente en contra de sus propios congéneres para liberar a los humanos esclavizados de esas infernales máquinas crea-universos.  Entre ellos se destaca Ludwick  quien se reveló contra la tiranía del Líder reptiliano Mozú, y emigró al planeta Liberty -el cual fue modificado su clima y su geografía a partir de unas máquinas crea-mundos para convertirlo en un lugar apto para la vida-, donde desató una eficaz revolución, obteniendo la independencia de Kolmus. Allí estableció una sociedad muy diferente de donde proviene, muy similar a Edén, pero la diferencia es que la lucha que le enfrenta a sus hermanos de sangre es con armas letales.
Ludwick acusaba a Mozú de ser un tirano, que maniáticamente sometía a su pueblo a padecer sufrimientos innecesariamente, sólo para que unos pocos en su planeta pudieran disfrutar de los recursos, y además para que sean venerados como seres superiores. También criticaba el uso de la Máquina que producía una contaminación en el Universo que ponía en peligro la vida. Ludwick había establecido un eficiente sistema propagandístico de sus ideas contrarias al sistema, habiendo alcanzado una considerable popularidad.  Así en una reunión de líderes políticos se encuentra con Mozú.
-Ey tú estás causando un gran revuelo, qué te propones?  –le preguntó Mozú
-Mi objetivo es liberar a mi pueblo y a las almas cautivas de la Máquina –le contestó Ludwick
-¡¡¡Claro!!! Eres un traidor, trabajas para Eloy de Edén, ¿verdad?  -dijo Mozú
-No, usted lo es, porque quien lidera a una sociedad, y la condena a sufrir por unos vanos intereses egoístas, ése es el verdadero traidor. Además es inadmisible seguir condenando a las almas secuestradas a ese infierno que se les hace padecer en la Máquina, para que produzcan energía, no sólo por la contaminación, sino porque no es ético, es propio de monstruos –le contestó Ludwick
-Nuestra sociedad siempre se manejó así, yo tengo otra ideología: si da buenos resultados y no hay consecuencias negativas muy fuertes, adelante!!!! –dijo Mozú
-(risas) Los buenos resultados que dices, serán para la nobleza que disfruta de los beneficios de todas esas inequidades, pero para la inmensa mayoría de la población de Kolmus son muy malos los resultados –le contestó Ludwick.
-(risas) Entonces lo que deberías hacer es unirte al partido opositor para ser elegido el nuevo líder de los reptilianos, de forma democrática y pacífica. En lugar de hacernos la guerra para tomar el poder por la fuerza –le dijo Mozú
-(risas) Sabes muy bien que de esa forma no se puede cambiar nada en el sistema, ahora tú hablas como Eloy  
Hace muchísimo tiempo que los reptilianos de Kolmus invaden Edén para poder robar almas, y antes hacían lo mismo contra el planeta de sus opositores comandados por Ludwick. El último ataque perpetrado por el gran líder rebelde frenó por un tiempo las incursiones de los reptilianos de Kolmus, pero esa paz no es duradera, y ya ha pasado que después de un tiempo renuevan los ataques.  La operación la realizan en la noche, cuando la gente duerme, porque es en esos momentos donde se puede secuestrar a un alma mediante un aparato llamado “El extractor”. Al dormir el alma viaja por diferentes tiempos y dimensiones, permaneciendo conectada al cuerpo por una especie de cordón inmaterial. El aparato lo que hace es literalmente succionar al alma, y estando aprisionada llevarla a donde el sistema automatizado decida dónde enviarla de acuerdo a su nivel evolutivo de conciencia. Entonces la persona empieza a enfermarse, a envejecer en forma estrepitosa hasta que entre los 80 y 100 años muere, incluso puede ser antes. En estado normal donde alma y cuerpo están unidos naturalmente la vida es ilimitada, como sucede en el Planeta Edén, y si llegara a haber algo de envejecimiento, es pasajero, luego de varias décadas se produce un rejuvenecimiento, incluso las personas pueden corregir algún deterioro por medio de su mente, “hablándoles a sus células”, y así, modifican su comportamiento. Tal como las estaciones del año, donde hay un nacimiento en primavera, y el invierno siguiente no es la muerte, sino el final de un ciclo, y el comienzo de otro, o sea, la primavera siguiente es un renacimiento, y con la vida de las personas de Edén es igual, ese renacimiento se da en vida.  De esa forma pueden aprovechar el conocimiento adquirido, es mucho más eficaz que nacer y morir, donde por cada muerte se pierde una enorme cantidad de conocimiento, aunque en realidad no se pierde, pero claro que es más difícil tener acceso. Esto es muy conveniente para la Máquina, que así tiene una fenomenal fuente de recursos disponibles por doquier.

Sin embargo el alma jamás pierde contacto definitivo con su cuerpo, por eso la Maquina permanentemente debe intuírle cometer malas acciones para que su comunicación con su cuerpo sea defectuosa, además de adulterar esa comunicación y reemplazarla por sus propias directivas. Los habitantes de Edén permanentemente están enviando comunicaciones a las almas perdidas que están aprisionadas en la Máquina, para que puedan liberarse, y uno de esos mensajes, quizás el más importante es de concientizar de que el Poder de la Totalidad no se puede acumular, es decir, que ese Poder no es una sumatoria de cosas finitas, por lo que si una sola alma se da cuenta que es Dios, y que no importa que la Maquina cuente con vastos archivos de conocimientos de infinidad de tiempos y dimensiones, y que además cuente con la energía de las numerosas almas que tiene prisioneras, aunque parezca intimidante, una sola alma puede derrotar a la Máquina, porque la Clave está en que esa alma al ser plenamente consciente de que la Totalidad está en su ser, eso significa que también todos esos enormes conocimientos que dispone la Maquina están también dentro de su ser, y no pueden ser escondidos. Porque cómo lo esconderían, si Todo está en mí, significa que cualquier material donde escondan el conocimiento también seré yo, entonces puedo acceder a él, y si es una persona que lo esconde en su mente, lo mismo, porque esa persona también está en mí, y puedo llegar a cualquier conocimiento de personas de cualquier tiempo que no le hayan contado a nadie, ni hayan escrito en absoluto esos conocimientos, pero al pensarlos, ya son propiedad de la Totalidad, y por lo tanto son propiedad de cada existencia, porque Todas son Dios.
¿Entonces qué pasaría si una o más almas pueden acabar con la Máquina?  Pues las almas atrapadas de inmediato volverían a los cuerpos que les pertenecen, eso si todavía permanece con vida la persona. Pero igualmente si ya no están vivas, la sociedad de Edén tienen un grado de avance tanto tecnológico como espiritual, que ambas cosas se confunden, y en este caso pueden devolverle el cuerpo a esa alma que al fin se pudo liberar de su encierro en la Máquina. ¿Cómo es que lo pueden hacer?   De varias maneras: con alguna foto; o un video, o un audio, que haya sido grabado por la persona a la que le pertenece el alma, ya tienen sistemas que permiten crear un cuerpo para que el alma pueda incorporarse sin problemas.  Si no llegara a haber ninguna de esas tres cosas, pueden viajar a la dimensión donde tenía vida esa persona, tomarle una muestra de sangre (no se da cuenta de esa extracción porque el dispositivo encargado de hacerlo es inmaterial, y lo que hace es “copiar“ cómo está constituido el ADN de ese hombre o mujer).  Bien entonces cabe la siguiente pregunta, si se logra liberar a todas las almas y vuelven a sus verdaderos cuerpos ¿qué pasa con nosotros? No nos pasa nada, la diferencia es que pasamos a estar dentro de esa persona, en lugar de estar dentro de la Máquina, y que podamos disfrutar de vidas ilimitadas, en sociedades donde los grandes males como guerras, asesinatos, robos, violaciones estén ausentes. 

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